La recta final de las dos principales divisiones de la liga española podrían verse gravemente afectadas por un conflicto laboral sin precedentes. El sindicato CGT ha convocado una huelga en Eumovil, una de las principales empresas del grupo Mediapro encargadas de las retransmisiones televisivas del fútbol español, que se extenderá del 14 al 27 de mayo. Este paro laboral, que afectará a las últimas jornadas de Primera División y a las fechas 40 y 41 de Segunda, pone en riesgo la producción audiovisual justo cuando se definen los títulos, los puestos europeos y los descensos en ambas categorías.
La amenaza a las jornadas decisivas
La huelga afectará directamente a unos 450 trabajadores de Eumovil, aunque el número total de empleados vinculados a la retransmisión de LaLiga en empresas de Mediapro asciende a 800 personas. El personal convocado al paro laboral incluye a quienes se encargan de la producción, realización y retransmisión de los partidos, así como del montaje, desmontaje y transporte de equipos audiovisuales. Estas tareas resultan fundamentales para la producción del espectáculo televisivo que llega a millones de hogares cada fin de semana.
La medida de presión no afectó a la jornada 35, que incluyó el clásico entre Barcelona y Real Madrid que terminó 4 a 3, pero sí pondrá en jaque la cobertura de los partidos de las fechas 36, 37 y 38 de Primera División. Estos encuentros son particularmente críticos, ya que definirán tanto el campeonato como los equipos que se clasificarán para competiciones europeas y los que descenderán de categoría. Según ha confirmado el sindicato CGT, otros sindicatos también han registrado o registrarán en las próximas horas convocatorias de huelga para el resto de empresas del grupo Mediapro.
Uno de los servicios que se verá directamente afectado es el VAR (Video Assistant Referee), cuya infraestructura técnica y operativa depende en gran medida de los profesionales de Mediapro. El sistema, implementado en LaLiga desde la temporada 2018-2019, requiere de técnicos especializados que garanticen su correcto funcionamiento durante los partidos. La ausencia de este personal pondría en riesgo la utilización de esta herramienta arbitral en encuentros decisivos donde las polémicas podrían multiplicarse, afectando potencialmente los resultados y, por ende, la clasificación final.
El origen del conflicto se encuentra en el reciente cambio de adjudicatario para la producción audiovisual de LaLiga. Hace unas semanas, la patronal del fútbol español anunció que la empresa suiza Host Broadcast Services (HBS) será la encargada de retransmitir los partidos de Primera y Segunda División a partir de la próxima temporada, tras ganar el concurso al que también se presentó Mediapro, empresa que ha llevado las riendas de este servicio durante la última década.
Según denuncia la CGT en un comunicado oficial, HBS “no garantiza la subrogación de los trabajadores, lo que genera gran inestabilidad laboral a toda la plantilla”. Los empleados exigen “un documento firmado y vinculante antes de que acabe la Liga en el que se asegure que no se perderán condiciones ni derechos adquiridos”. También demandan garantías de que no se realizará un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para aquellos trabajadores que no sean subrogados y permanezcan en empresas del grupo Mediapro.
El sindicato ha sido contundente en sus declaraciones: “No podemos aceptar que HBS, que moverá una gran cantidad de dinero con LaLiga, sea incapaz de asegurar el trabajo a las más de 800 personas que trabajan”. Esta situación de incertidumbre ha llevado a los trabajadores a utilizar su último recurso de presión, afectando precisamente al producto final que generan: la retransmisión televisiva de los partidos, principal fuente de ingresos para los clubes a través de los derechos audiovisuales.
Las demandas incluyen garantizar que toda la plantilla pueda continuar trabajando en cualquier escenario, ya sea mediante subrogación, cesión o cualquier otra fórmula contractual. Asimismo, se reclama el mantenimiento de todos los derechos laborales y adquiridos por parte de los trabajadores a lo largo de los años. La urgencia de estas reivindicaciones se explica por la proximidad del final de temporada y el inicio del nuevo ciclo con un proveedor diferente.
Un problema estructural en la industria
Más allá del conflicto inmediato por el cambio de empresa adjudicataria, la CGT ha aprovechado esta coyuntura para denunciar la “precariedad de los trabajadores” que producen los encuentros de fútbol en España. Según el sindicato, hay operadores que ganan “150 euros brutos por partido, lo mismo que se cobraba hace 20 años”, lo que evidencia un estancamiento salarial alarmante en un sector que ha visto cómo los derechos audiovisuales se han revalorizado exponencialmente durante los últimos años.
Esta situación de precariedad se ve agravada por la existencia de un “número importante” de trabajadores con contratos fijos discontinuos en modalidad intermitente que, según denuncia la CGT, en muchos casos se encuentran “al margen de la legalidad”. El sindicato afirma haber denunciado esta situación en varias ocasiones ante la Inspección de Trabajo, sin que se hayan producido cambios significativos.
El contraste entre la precariedad laboral de quienes hacen posible las retransmisiones y las astronómicas cifras que mueve el negocio del fútbol resulta elocuente. Mientras LaLiga ingresa miles de millones por derechos televisivos y los clubes pagan salarios millonarios a sus estrellas, los profesionales que capturan cada jugada y hacen posible el espectáculo televisivo padecen condiciones laborales estancadas desde hace dos décadas.
Por todo ello, los sindicatos reclaman la conformación “urgente” de una mesa de negociación con todos los actores implicados: Mediapro, HBS, LaLiga y representantes de los trabajadores. El objetivo es “asegurar la continuidad y mejora de los puestos de trabajo, sea cual sea su situación actual”, antes de que finalice la presente temporada. De no lograrse un acuerdo, el fútbol español se enfrenta a un final de campaña con posibles deficiencias en la cobertura audiovisual, justo cuando se decide el destino deportivo de numerosos clubes y la pasión por el espectáculo alcanza su punto álgido.