Gareth Bale ha presentado una oferta mejorada de 40 millones de libras para adquirir el Cardiff City, club de su ciudad natal en Gales que acaba de descender a League One por primera vez en más de 20 años. El consorcio liderado por el exjugador del Real Madrid incluye inversores estadounidenses como The Storch Family, y busca hacerse con el control de los Bluebirds tras el rechazo inicial del propietario actual, el malayo Vincent Tan.
La operación representa un intento del máximo goleador histórico de la selección galesa de materializar lo que ha descrito como “un sueño hecho realidad”: regresar como propietario al club donde nunca pudo jugar profesionalmente y liderar su reconstrucción tras una temporada desastrosa que culminó con el descenso desde la Championship. Tan ha acumulado pérdidas cercanas a las 204 millones de libras durante su gestión, pero no ha dado señales claras de estar dispuesto a vender pese a la crisis deportiva y financiera del club.
El regreso del hijo pródigo: Bale y su conexión con Cardiff
La relación entre Gareth Bale y el Cardiff City va más allá del simple apego geográfico. Nacido y criado en la capital galesa, el extremo siempre mantuvo una conexión visceral con los Bluebirds que trasciende su brillante carrera en el Real Madrid y Tottenham. “Es mi club natal, donde crecí y mi tío jugó en ellos”, declaró recientemente, haciendo referencia a Chris Pike, exdelantero del Cardiff City entre 1989 y 1993, quien forjó parte del vínculo familiar con la institución.
La ironía de la situación no pasa desapercibida para Bale. A los nueve años, cuando las categorías inferiores del Cardiff City podrían haber sido su destino natural, el Southampton se adelantó y se llevó al talentoso niño a su academia. Esa decisión terminó forjando a una de las figuras más exitosas en la historia del deporte británico. “Desafortunadamente, no pude jugar para el Cardiff. Lo siguiente mejor ahora es ser parte de un grupo propietario”, explicó en una entrevista con The Times.
Bale comprende que su estatus como leyenda viviente del fútbol galés puede ser el catalizador que el Cardiff City necesita para recuperar relevancia. Su presencia no solo garantizaría atención mediática global, sino que también podría atraer inversiones adicionales y despertar el interés de jugadores que, de otra manera, no considerarían unirse a un proyecto en la tercera división inglesa.
La operación también cuenta con respaldo financiero estadounidense, particularmente del grupo privado The Storch Family, lo que sugiere que Bale no está actuando solo en esta aventura empresarial. Esta combinación de capital internacional, experiencia futbolística de primer nivel y conexión emocional local podría representar exactamente la fórmula que el Cardiff City necesita para salir de su crisis actual.

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Por Nahuel Lanzón
Las negociaciones entre el consorcio de Bale y Vincent Tan, propietario actual del Cardiff City, no parecen ser fáciles. La primera oferta de 40 millones de libras fue rechazada por el empresario malayo, quien no dudó en recordar que ha invertido más de 200 millones de libras desde que adquirió el club en 2010. Esta cifra, que inicialmente podría parecer una estrategia negociadora, esconde una realidad financiera preocupante.
Los números del Cardiff City bajo la gestión de Tan pintan un panorama de pérdidas acumuladas cercanas a las 204 millones de libras, equivalentes a aproximadamente 15 millones por temporada. Esta sangría económica constante, combinada con el reciente descenso a League One, coloca al club en una situación financiera delicada que debería, en teoría, motivar a cualquier propietario a considerar seriamente una venta.
“Tenemos una oferta completamente nueva sobre la mesa, creemos que es una gran oferta, una con la que estamos muy contentos”, declaró Bale, confirmando que el consorcio ha mejorado sus términos iniciales. Resta saber ahora la predisposición del dueño del club a aceptar estos nuevos términos, o una negociación mas amigable.
La valoración del Cardiff City en este contexto resulta particularmente compleja. Por un lado, el club cuenta con infraestructura moderna gracias al Cardiff City Stadium, inaugurado en 2009 con capacidad para 33.300 espectadores. Por otro lado, el descenso a League One reduce significativamente tanto los ingresos por televisión como el valor comercial de la marca.
Cardiff City: de la gloria histórica al abismo deportivo
Para comprender la magnitud del desafío que enfrentaría Bale como propietario, es necesario contextualizar tanto la grandeza histórica del Cardiff City como la profundidad de su crisis actual. Los Bluebirds ocupan un lugar único en la historia del fútbol británico: son el único club fuera de Inglaterra que ha conquistado la FA Cup, logro conseguido en 1927 al vencer al Arsenal por 1-0.
La trayectoria del club a lo largo del siglo XX mostró momentos de brillantez intercalados con períodos de dificultades. Durante los años 50 y 60, el Cardiff participó en competiciones europeas tras conquistar múltiples Welsh Cup, mientras que su estadio histórico, Ninian Park, se convirtió en sede habitual de la selección galesa. Sin embargo, las décadas posteriores trajeron inestabilidad: el club llegó a descender hasta la Cuarta División en los años 80.
El siglo XXI parecía haber marcado un renacimiento para el club. La llegada de Vincent Tan en 2010 trajo inversiones masivas que permitieron al club ascender desde las divisiones inferiores hasta alcanzar la Premier League en 2013, su primera participación en la máxima categoría en décadas. Durante este período, el Cardiff también protagonizó finales memorables, llegando a la FA Cup en 2008 y a la League Cup en 2012, demostrando que el potencial del club seguía intacto. Sin embargo, el club no pudo sostenerse en la siempre difícil Premier League y se convirtió en un club que, en los últimos años, era un constante en la Championship.
No obstante, la temporada 2024/25 representó el punto más bajo de la era moderna del Cardiff City. Terminar en el puesto 24 de la Championship y descender a League One constituyó un golpe devastador tanto para la institución como para sus hinchas. El club tuvo tres entrenadores diferentes durante la campaña (Erol Bulut, Omer Riza y el propio Aaron Ramsey como interino), evidenciando la falta de estabilidad que caracterizó toda la temporada.
Es precisamente en este contexto de crisis donde la figura de Bale adquiere mayor relevancia. El galés no solo aporta credibilidad y experiencia ganadora, sino también una comprensión profunda de lo que significa representar a Gales en el escenario internacional. Su visión sugiere un proyecto a largo plazo que va más allá de la simple recuperación deportiva, apuntando hacia la construcción de una institución que pueda competir sosteniblemente en las divisiones superiores del fútbol inglés.