FC Vaduz, el club sorprendente de Liechteinstein que entregó un finalista de Champions League y la historia en Uruguay

En medio de las semifinales de la Champions League y del resto de las competencias europeas, no deja de sorprender una situación que tiene que ver con uno de los países más chicos de Europa y del mundo. Pero también de cómo un jugador que está allí puede soñar en grande pese a todo. Estamos hablando de Liechtenstein y del arquero Yann Sommer. 

Primero, lógicamente, tenemos que contar que Liechtenstein es un pequeño país enclavado entre Suiza y Austria, a orillas del río Rin y en pleno corazón de los Alpes. Tiene una superficie de apenas 160 km² —más chico que la ciudad de Buenos Aires—, una población cercana a los 38 mil habitantes y el alemán como idioma oficial. Su capital es Vaduz.   El país toma su nombre de la familia Liechtenstein, que adquirió el territorio a inicios del siglo XVIII. En 1719, el emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano decretó la unión de Vaduz y Schellenberg, dando origen al Principado. 

Hoy, el jefe de Estado es el príncipe Hans-Adam II, cuya figura es ampliamente aceptada por la población. Sin embargo, no todo es brillante en Liechtenstein. Su punto más flojo —al menos desde el entusiasmo deportivo— es el fútbol. Y ahí tenemos que hablar.  Se trata del FC Vaduz, el equipo más grande de Liechtenstein que fue fundado en 1932. En ese momento ya existían otros dos clubes, pero aún no se había creado una asociación nacional de fútbol.  Primero compitió en el fútbol austríaco y, luego, entró al sistema suizo lugar donde actualmente juega. 

Durante décadas, el club deambuló por las divisiones bajas del fútbol suizo, alcanzando la tercera categoría en los años sesenta. El FC Vaduz logró un hito histórico: convertirse en el primer equipo de Liechtenstein en clasificar a una fase de grupos de una competencia continental europea. Fue en la UEFA Europa Conference League, luego de eliminar al Rapid Viena.  El Vaduz, por ejemplo, es el único equipo profesional del país. Esto explica por qué ha ganado 50 veces la copa local. 

El equipo juega en el Rheinpark Stadion, un coqueto estadio con capacidad para casi 8 mil personas que también es sede de los partidos de la selección nacional. La asistencia media suele oscilar entre 1.500 y 3.500 espectadores, según el rendimiento del equipo.

Entre las historias curiosas del club está la del norcoreano Pak Kwang-Ryong, que jugó entre 2013 y 2015. Fue clave en el ascenso de 2014, marcando 11 goles, y disputó una temporada en primera división suiza. Años más tarde estuvo cerca de ser deportado en Austria por un problema migratorio. Pero otra de las historias curiosas que, después de una larga presentación, nos trae al tema es el de Yann Sommer, uno de los mejores arqueros del mundo que jugó para el FC Vaduz, quizás el mejor jugador que alguna vez haya jugado en ese equipo.

Sommer estuvo dos temporadas en el Vaduz: la primera en la segunda división suiza y, luego, ascendieron en la Primera División. A todo esto, como suele pasar, siempre hay una historia rioplatense. Yann Sommer, junto al Vaduz, jugaron en el mítico Centenario y lo hicieron en dos oportunidades: la Copa Ricard de 2008. Ese torneo amistoso que tenía a este equipo en la segunda división suiza y al Saprissa de Costa Rica (!) tuvo la particularidad de ser un torneo que tenía dos zonas de tres equipos.

En uno jugaban Nacional y Peñarol junto al Vaduz, mientras que en el otro grupo estaba Olimpia de Paraguay, Saprissa y Defensor Sporting. El Vaduz perdió 3-0 ante Peñarol, pero consiguió un histórico empate 1-1 ante Nacional de Uruguay. Pero ese no fue solo el problema. El periodista uruguayo, Miguel Méndez, recuerda en una nota en Ovación que el plantel fue robado por completo en el Compleo Solanas de Punta del Este mientras jugaban con Peñarol. Les robaron toda la indumentaria que habían traído a Uruguay, valuada en unos 10 mil dólares.

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Federico Lamas

Periodista. Historias y deportes. Si se pueden mezclar mejor. Trabajé en El Gráfico, Canal Trece y Diario Popular. Ahora como editor de deportes en El Destape. Cubrí Juegos Olímpicos, elecciones, marchas y una vez me subí a un auto para seguir a tres prófugos. Escribo crónicas. Algunas salen. La objetividad es una mentira, lo que importa en el periodismo es la mirada.
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