FIFPRO, el sindicato global de futbolistas, escaló su presión sobre la FIFA para implementar protocolos más estrictos contra el calor extremo tras considerar el reciente Mundial de Clubes en Estados Unidos como un “wake-up call” sobre los riesgos que enfrentan los jugadores. El torneo, disputado entre el 14 de junio y el 13 de julio de 2025, registró temperaturas que superaron los 40°C con humedad elevada, provocando que diez futbolistas pidieran ser sustituidos simultáneamente en un mismo partido por agotamiento extremo. En el medio, la FIFA y Estados Unidos que buscan transformar el reglamento y, desde ya, hay suspicacias-.
La organización sindical aprovechó las condiciones extremas vividas durante el evento para formalizar una serie de demandas que incluyen extender el entretiempo de 15 a 20 minutos en climas extremos, implementar pausas de enfriamiento cada 15 minutos y revisar los horarios de partidos para evitar las franjas de mayor calor. La tensión entre FIFPRO y FIFA refleja un conflicto más profundo sobre cómo conciliar la expansión comercial. El tema es que, esto también suena a una búsqueda de cambio de reglamento, amparado en el calor, para vender más y explotar el producto.
El torneo estadounidense expuso de manera dramática lo que los científicos del deporte vienen advirtiendo desde hace años. En ciudades como Miami, Atlanta y Houston, las condiciones meteorológicas pusieron a prueba no solo a los 32 equipos participantes, sino también los protocolos existentes de la FIFA para lidiar con temperaturas extremas. Los reportes de jugadores y cuerpos técnicos coincidieron: el agotamiento era inmediato y la sensación de ahogo, constante.
Las imágenes del torneo fueron elocuentes. Futbolistas vertiendo botellas de agua sobre sus cabezas cada pocos minutos, banquillos con toallas húmedas permanentemente disponibles y médicos monitoreando constantemente las constantes vitales de los jugadores. En varios encuentros, la deshidratación se volvió tan evidente que algunos futbolistas mostraron signos de calambres y mareos antes del entretiempo. Seis partidos debieron posponerse por tormentas eléctricas, evidenciando que los desafíos climáticos del torneo no se limitaron únicamente al calor. Pero también, por otro lado, se vio la otra parte: cooling breaks hechos cuando no había tiempo para parar, cuando no había necesidad de hacerlo y con temperaturas apacibles, incluso cuando había tiro libres peligrosos en el área. Esto ¿por que? Porque el freno en los partidos ya estaba vendido.
El episodio más dramático ocurrió durante el encuentro entre Bayern Munich y Flamengo, cuando una situación sin precedentes se desarrolló en el campo. Diez jugadores de ambos equipos solicitaron ser cambiados durante el segundo tiempo, no por lesiones o razones tácticas, sino por la imposibilidad de continuar jugando bajo esas condiciones. Los árbitros, que también mostraban signos evidentes de fatiga, tuvieron que extender los tiempos de hidratación más allá de lo establecido en el reglamento.
El Dr. Vincent Gouttebarge, director médico de FIFPRO, documentó durante el torneo que la temperatura corporal central de varios jugadores superó los 39°C, un umbral considerado peligroso para la salud. “Lo que vimos en Estados Unidos no fue solo fatiga deportiva normal, sino signos claros de estrés térmico que podrían tener consecuencias graves si no se abordan adecuadamente”, declaró al finalizar el evento. Sus mediciones confirmaron que los protocolos existentes resultaron insuficientes para proteger la integridad física de los futbolistas en condiciones extremas.
La reacción de la FIFA durante el torneo evidenció lo que FIFPRO considera una gestión reactiva en lugar de preventiva. A medida que los efectos del calor se volvían evidentes, el organismo rector del fútbol mundial implementó modificaciones sobre la marcha: redujo los umbrales de temperatura para autorizar pausas de enfriamiento, aumentó los puntos de hidratación alrededor del campo y flexibilizó la duración de los cooling breaks. Sin embargo, para el sindicato global, estas medidas llegaron tarde y fueron insuficientes.
Mientras la FIFA debe balancear múltiples intereses —televisivos, comerciales, logísticos—, FIFPRO se enfoca exclusivamente en la protección de los futbolistas. Esta divergencia se hizo evidente cuando la FIFA rechazó inicialmente las propuestas del sindicato para modificar horarios de partidos, argumentando compromisos contractuales con broadcasters que requerían franjas específicas para maximizar audiencias globales.
El enfoque reactivo de la FIFA durante el torneo también generó inconsistencias en la aplicación de medidas. Algunos partidos contaron con equipamiento adicional de enfriamiento mientras otros se disputaron bajo las mismas condiciones extremas pero con los protocolos originales. Esta disparidad reforzó la percepción de FIFPRO de que la improvisación reemplazó a la planificación científica. Phillips señaló que “modificar protocolos durante un torneo en curso no es profesional y pone en riesgo innecesario a los jugadores”.
El Dr. Gouttebarge explicó que “un entretiempo de 15 minutos podría no ser suficiente para disminuir la temperatura central” y que la extensión a 20 minutos ha mostrado resultados positivos en entornos controlados. FIFPRO planea validar esta propuesta durante una prueba programada para agosto de 2025 en Portugal, en colaboración con el sindicato de jugadores local. El experimento medirá la temperatura corporal, los niveles de hidratación y la capacidad de recuperación de futbolistas profesionales bajo condiciones similares a las vividas en el Mundial de Clubes.
Además del entretiempo extendido, FIFPRO propone implementar pausas de enfriamiento cada 15 minutos en lugar del sistema actual que las limita a los minutos 30 y 75 de cada tiempo. Esta frecuencia aumentada permitiría un monitoreo más constante del estado físico de los jugadores y reduciría el riesgo de acumulación de estrés térmico. La propuesta incluye protocolos específicos para que estas pausas sean utilizadas efectivamente: acceso inmediato a hielo, bebidas isotónicas específicas y espacios con sombra o aire acondicionado en las inmediaciones del campo.
La revisión de horarios representa otro eje central de las demandas del sindicato. FIFPRO señala que competiciones como la MLS ya evitan programar partidos al mediodía en ciudades como Miami durante los meses de verano, y que ligas australianas han desarrollado umbrales específicos para posponer o suspender encuentros cuando las condiciones meteorológicas superan límites seguros. El sindicato propone que estos precedentes sean adoptados globalmente por la FIFA para todos sus torneos.
El Mundial de Clubes 2025 es apenas un anticipo de los desafíos que enfrentará el fútbol en las próximas décadas. Las proyecciones climáticas para el Mundial 2026, que se disputará en Estados Unidos, Canadá y México, revelan que 9 de las 16 ciudades sede están clasificadas como de “extremo riesgo” según el índice WBGT. Miami, Atlanta, Houston, Dallas y Monterrey figuran entre las localidades donde las condiciones podrían superar sistemáticamente los umbrales de seguridad durante los meses de verano.
El Mundial 2030, programado para España, Portugal y Marruecos, presenta desafíos adicionales. Las ciudades marroquíes como Casablanca y Rabat, junto con localidades del sur de España, experimentarán temperaturas que podrían alcanzar los 45°C durante junio y julio. La mayoría de estadios en estas regiones carece de sistemas de refrigeración integral, lo que amplifica los riesgos para jugadores y espectadores. FIFPRO ha solicitado formalmente que estos torneos se disputen durante el invierno boreal, siguiendo el precedente de Qatar 2022.
El tema es que, en el medio, hay un par de situaciones que despiertan suspicacias. Una de ellas, quizás la más importante, pasa por los cambios de reglamento -principalmente en tema de tiempo- implementados para vender. La televisión siempre se ha metido en cambiar eso. El impedimento más importante, según los analistas, sobre como involucrar al fútbol en Estados Unidos pasa por cómo hacer períodos más cortos en el tiempo y, con esta idea, la búsqueda siempre en USA siempre fue hacer todo más “divertido” y veloz.
Por ejemplo, solo para arrancar, la regla de los 24 segundos en el básquet se implementó en la NBA. Fue introducida por la NBA en 1954 para agilizar el juego y evitar tácticas defensivas que buscaban retrasar el juego manteniendo la posesión del balón. Pero, principalmente, porque ya la televisión le pedía un poco más de movimiento. De hecho, con respecto a la televisación, el fútbol usó la tarjeta amarilla para que quede determinado, más fácilmente, quien es el amonestado.
En cuanto a lo comercial, la pausa de los dos minutos al final del segundo y el último cuarto en la NFL son para registrar, justamente, una pausa comercial. No estaba, pero era necesario hacer un freno para vender un producto. La NFL introdujo un sistema de revisión de jugadas con IA, reduciendo errores arbitrales en un 12%, mientras que el fútbol europeo experimenta con partidos más cortos para audiencias digitales. Esto, va en esa línea. Incluso, por ejemplo, el hockey sobre césped pasó de dos mitades a cuatro cuartos para que sea más rápido y más corto para seguir por televisión.
También, por ejemplo, en el tenis se empezó a utilizar una pelota amarilla en lugar de la tradicional blanca para que sea más fácil seguir por televisión. De esta manera, más allá de un reclamo justo desde la FIFPRO, desde ya, no está mal pensar en la posibilidad que este cambio se implemente JUSTO en el país que más show busca a lo largo de toda su historia.