Desde hace un largo tiempo Alemania vive con una regla que, en medio de lo que significa el fútbol europeo dominado por las empresas, sigue siendo muy virtuoso para que los socios de los clubes sigan teniendo decisión sobre las instituciones. Se trata del ya reconocida (y citada) 50 +1. Ya desde hace varios años, a pedido de la Liga Alemana de Fútbol, la Oficina Federal de Cárteles (Bundeskartellamt) intervino hace años en el debate sobre los límites que deberían imponerse a los inversores externos en la Bundesliga.
El rol de esta oficina es ser una autoridad gubernamental independiente que se encarga de supervisar la competencia económica en Alemania. Funciona bajo el control del Ministerio Federal de Economía y Protección del Clima, pero actúa con autonomía en sus decisiones. Es antimonopólica y, supuestamente, busca luchar contra la cartelización, controla fusiones y el abuso de posición dominante en el mercado alemán. En este punto, depsués de un informe se metió en el fútvol e instó a la Bundesliga a mejorar el enfoque que tiene sobre el tema.
En la última semana, en una carta a la Liga alemana de Fútbol, el jefe de la Oficina Federal de Cárteles, Andreas Mundt, instó al fútbol alemán a aplicar la regla 50+1 (la regla según la cual un club debe tener la mayoría de las acciones de un club y no un inversor) “de manera no discriminatoria y coherente”. Es todo una señal sobre cómo se quiere avanzar a una mayor cercanía a los grupos concentrados. El punto principal es apuntar con las exenciones que hay hecho la Liga como, por ejemplo, el Bayer Leverkusen y el VfL Wolfsburg. Sin embargo, Mundt también menciona, indirecta pero concretamente, otros dos ejemplos: el RB Leipzig y el Hannover 96.
En este mismo informe, la Oficina Federal de Cárteles: “Será fundamental que la DFL garantice el libre acceso a la membresía y, con ello, la participación de los aficionados para todos los clubes de la Bundesliga y la Bundesliga 2”. En este mismo sentido, por ejemplo, hacen hincapié en el RB Leipzig que, según ellos, a restringido estrictamente el acceso a sus socios desde el principio; el club solo cuenta con 23 socios con derecho a voto (en 2024), mientras que los más de 1000 socios restantes solo tienen estatus de apoyo.
En este punto, otra apuntadas es el Hannover 96. El veterano financiero podría haber incumplido las instrucciones del club el año pasado durante la votación. El Hannover 96 había decidido votar en contra de la incorporación. Aunque la votación en la asamblea general de la DFL fue secreta, se considera probable que Kind votara de forma diferente a la especificada por el club. La Oficina Federal de Cárteles ha emitido una severa reprimenda.
Además, se mencionan los casos de Bayer Leverkusen y VfL Wolfsburg, clubes controlados por corporaciones (Bayer AG y Volkswagen, respectivamente), a los que históricamente se les concedieron exenciones. Según la Oficina, esas excepciones ya no se alinean con la legislación europea vigente, y aunque no se exige su eliminación inmediata, se advierte que su continuidad está en entredicho.
En este punto, vale decir que más allá de todo la Oficina Federal de Competencia se ha limitado a formular recomendaciones, pero no son vinculantes. Es decir que se han realizado una evaluación bien fundada de este complejo asunto antimonopolio deportivo, pero que no tiene nada que ver con una aplicación directa. Esta implementación, ahora, es responsabilidad exclusiva de la Liga Alemana de Fútbol.
El RB Leipzig, el Wolfsburgo o el Leverkusen no tienen por qué temer consecuencias para sus operaciones en la liga por el momento. Sin embargo, las recomendaciones no pueden quedar completamente sin consecuencias; la DFL no podrá ignorarlas. El riesgo de futuras demandas que cuestionen la situación de los clubes afiliados o del RB, que ahora pueden confiar en la Oficina de Cárteles, es demasiado alto.
La comunidad de hinchas recibió con entusiasmo el informe. Desde colectivos como Fanszenen Deutschlands se pidió que los clubes que no cumplen la norma modifiquen su estructura o se retiren del fútbol profesional, aunque reconocen que ambas opciones parecen lejanas en el contexto actual.
Por el lado institucional, el VfL Wolfsburg fue el primero en responder y rechazó el contenido de la evaluación, considerándolo “ni convincente ni adecuado”. En paralelo, la DFL emitió un comunicado donde promete estudiar en profundidad el análisis del Bundeskartellamt y avanzar en soluciones “para fortalecer conjuntamente la regulación”.
En otras palabras, comienza una nueva etapa de negociaciones y consultas legales internas. Según analistas y fuentes dentro del fútbol alemán, es poco probable que se produzcan cambios profundos o inmediatos. Leipzig, Wolfsburg y Leverkusen seguirán operando como hasta ahora. Pero la advertencia está hecha.