El fútbol rumano acaba de escribir una de sus páginas más insólitas. El FC U Craiova, uno de los clubes tradicionales del país, comenzará la temporada en la tercera división con –94 puntos en la tabla, producto de una sanción sin precedentes por incumplimientos financieros y deudas acumuladas.
El castigo llegó después de que el club fuese castigado por no cumplir con pagos a exjugadores, entrenadores y empleados, además de mantener obligaciones pendientes con otras instituciones. La acumulación de sanciones lo llevó a un escenario insólito: un puntaje negativo que convierte prácticamente en imposible cualquier aspiración deportiva en el corto plazo.
La Federación Rumana de Fútbol había decidido, en primera instancia, descender administrativamente al equipo desde la segunda división, luego de que no lograra obtener la licencia necesaria para competir en ese nivel. A ese descenso se le sumaron multas y deducciones sucesivas que desembocaron en la histórica cifra de –94 puntos, con los que ahora deberá iniciar su campaña en la Liga III.
🇷🇴 El FC U Craiova 1948 (no confundir con el CS Universitatea Craiova, de la Primera rumana) está atravesando serios problemas económicos: no solo a raíz de ello fue descendido administrativamente de Segunda División, sino que va a iniciar la Tercera con -94 puntos. pic.twitter.com/WahNkXhPLE
— LateralWeb (@WebLateral) August 25, 2025
El panorama es aún más delicado. La entidad rectora del fútbol rumano le fijó al club un plazo concreto para ponerse al día con sus compromisos económicos. Si no lo hace en tiempo y forma, se arriesga no solo a nuevas deducciones, sino también a la expulsión de todas las competiciones nacionales. Este escenario, que parece extremo, ya está sobre la mesa y podría confirmarse en las próximas semanas.
Desde la dirigencia del Craiova, encabezada por su propietario Adrian Mititelu, sostienen que las sanciones son desproporcionadas y que la situación terminará resolviéndose en los tribunales. Sin embargo, más allá de las apelaciones legales, la realidad deportiva es clara: el club deberá empezar una temporada entera en números rojos y con la presión de regularizar su economía para no desaparecer del mapa competitivo.
Aunque el caso llama la atención por lo inédito, no es la primera vez que el fútbol rumano se ve sacudido por sanciones de este tipo. La diferencia en este caso es la magnitud del castigo y la visibilidad que tiene un club como el FC U Craiova, con historia, seguidores y un lugar ganado en el fútbol local.
El arranque de la temporada lo encuentra en la peor situación posible: último en la tabla antes de jugar siquiera un partido, con la sombra de la exclusión definitiva en el horizonte. Lo que ocurra en las próximas semanas marcará no solo el destino inmediato del equipo, sino también un precedente fuerte para el fútbol en Rumania y Europa.