Infantino, el hombre que le entregó la pelota Trump y que “une el fútbol” siempre para el mismo lado

Tal como adelantamos en el Newsletter que tenemos en whatsapp, la idea era hablar de la FIFA y la cercanía de Donald Trump con Gianni Infantino.

Ya es común ver el spot ese que dice “Football Unites the World”. La frase se convirtió en casi una frase hecha del presidente de la FIFA y, a cada lugar que va, con su cara de póker, usa esa el mismo latiguillo. La semana pasada el presidente de la FIFA estuvo en la cumbre que buscó ““firmar el plan de paz en Gaza””. La presencia de Infantino fue la gran nota en la reunión que se llevó adelante en Sharm El Sheij. La mayoría de los presentes eran presidentes, primeros ministros y otros tantos. Pero ahí estaba Infantino que con su habitual sonrisa de póker dijo el speech.

Parece un chiste, pero no. Realmente dijo eso. De hecho, la explicación oficial fue que el “fútbol tiene que apoyar, unir y dar esperanza a la región. Me he dado cuenta, hablando con estos mandatarios, de que quieren contribuir, todos ven la importancia del fútbol para unir a la gente, a los pueblos”. O sea, si. Tiene razón, pero detrás de esa frase resplandeciente, lógicamente, hay sombras llamativas.  La amistad de Trump e Infantino es la razón.

Tump e Infantino son amigos desde que Jard Kushner -atención con este nombre- los presentó. Hace muy poco, en la previa del Mundial de Clubes, el bueno de Gianni llegó hasta la oficina del presidente Trump y le regaló el trofeo original que está justo detrás de su escritorio. El dato es que es el original, también le dio una copa del mundo. Esta unión no es de ahora, es desde ya hace unos años. La entrega del Mundial 2026 a Estados Unidos se produjo durante la primera presidencia de Trump en 2018 y, por supuesto, en la FIFA ya mandaba Gianni.

Acá ingresa un nombre importante que dijimos antes: Jared Kushner. Casado desde 2009 con Ivanka Trump, hija de Donald. Toma relevancia en el gobierno de Trump en múltiples ocasiones pero fue el apuntado por el presidente de Estados Unidos para ser el responsable de conseguir los Juegos Olímpicos de 2028 en Los Ángeles. Cuando eso ocurrió, el Gobierno de Trump tuvo pedido de varios magnates de que intenten obtener la Copa del Mundo, ya que eso sería un gran negocio para múltiples empresarios. Nuevamente Kushner fue el encargado de ser el nexo. Y así se movió: consiguió votos de aliados, armó otros y así fue como empezó, en una de esas charlas, una buena amistad con Gianni Infantino.

El resultado está a la vista: el Mundial de Clubes se jugó en Estados Unidos y el Mundial convencional se va a jugar también allí. Infantino cedió todo y abrazó lo que le entregó Trump. Después de ese primer acercamiento que proporcionó Kushner todo se encaminó. Cada vez que pudo Infantino estuvo cerca. Aparece en sus asunciones, se reúne cada veza que puede, pidió hablar en una cena del Foro de Davos en 2020 cuando Trump era anfitrión, fue parte de la firma de los Acuerdos de Abraham que estableció relación diplomática entre Israel y varios países árabes, se sumó a la toma de posesión y, por supuesto, las reuniones se cuentan de a decenas.

De hecho, un dato. Infantino abrió dos sedes de la FIFA en Estados Unidos. Una en Florida y, la otra, en Nueva York. ¿Dónde? En la torre Trump. Allí, entre otras cosas, se juntó con todos los presidentes sudamericanos -a excepción de Javier Milei- de los países que serán sede del Mundial en 2030. Pero el tema no es solo esta amistad. Es algo más. Por ejemplo, Trump aprovechó esa cercanía para amenazar a dos ciudades de su país que iban a ser sedes del Mundial. Chicago y Memphis.  “Si alguien hace un mal trabajo y yo considero que las condiciones no son seguras, llamo a Gianni, que es un tipo genial y le diré traslademos el tema a otro lado. Y él lo hará”. Todo cerrado.

En los hechos concretos -más allá del fútbol- solo es necesario ver lo que ocurrió la semana pasada. La línea de puntos aparece con la decisión que tomó Donald Trump de poner al frente de la negociación para la “paz” entre Israel y Gaza a, justamente, su yerno Jared Kushner junto con Steve Witkoff, un colega pleno de negocios inmobiliarios. En esa reunión que se llevó adelante en Sharm El Sheij estuvo Infantino. ¿Por qué Infantino, presidente de la FIFA, y no alguien de la UNESCO o de Unicef? ¿Bajo que condición estuvo el presidente de la FIFA?

La respuesta apareció unos días después con un mensaje del presidente de la FIFA. Tras la firma del documento, Infantino dejó en un par de entrevistas algunas declaraciones. Una de ellas:  “Es realmente importante que la FIFA esté aquí para apoyar, ayudar, asistir y asegurarse de que este proceso de paz llegue a buen término.  Ayudaremos a reconstruir todas las instalaciones de fútbol en Gaza, a restablecer el fútbol junto con la Asociación Palestina de Fútbol (PFA) y a crear oportunidades para los niños a través del juego”.

Pero también confirmó que van a hacer “mini campos de juego” y “FIFA Arenas”, es decir, infraestructura a través del fútbol. Llevar el juego a Gaza. Mientras tanto, la situación ahí sigue siendo crítica, pero no solo es eso. Si no que hay quienes piensan que, en realidad, la llegada de Kushner es para realizar negocios inmobiliarios en la zona, justamente, para Donald Trump. Ahí la FIFA funciona, entonces, como un blanqueamiento para estas necesidades.

En este punto, con el fútbol “que une al mundo” como lanza no deja de llamar la atención un video de esta semana. Infantino tomó un avión y llegó a la capital de Bolivia. Llegó a ese país a festejar con Rodrigo Paz, el presidente electo boliviano -cercano al lineamiento estratégico de Estados Unidos- y ahí lanzó. “El fútbol une al mundo. Haremos lo posible para traer el fútbol a Bolivia, tiene una gran infraestructura. Seguramente haremos un mundial”.  La Paz, la ciudad tabú para jugar al fútbol, claro.  Se sabe ya desde hace mucho tiempo que el triángulo del litio -que tiene su epicentro en tierras bolivianas-  es una de las grandes aspiraciones de Estados Unidos. De hecho, hay datos concretos de la injerencia de Estados Unidos -de Donald Trump- en la crisis -por ser muy bueno con el uso de la palabra- que vivió Bolivia en 2019 que terminó con Evo Morales fuera del país. 

Con estos acontecimientos recientes, no es para nada extraño empezar a pensar que “el fútbol une al mundo”, pero siempre con una escala en Estados Unidos de Donald Trump y para hacer otros negocios.  Solo resta esperar los próximos movimientos.

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Federico Lamas

Periodista. Historias y deportes. Si se pueden mezclar mejor. Trabajé en El Gráfico, Canal Trece y Diario Popular. Ahora como editor de deportes en El Destape. Cubrí Juegos Olímpicos, elecciones, marchas y una vez me subí a un auto para seguir a tres prófugos. Escribo crónicas. Algunas salen. La objetividad es una mentira, lo que importa en el periodismo es la mirada.
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