Plata si, títulos no: Stade Rennais, la fábrica de cracks francesa que no pudo hacerlos valer

Durante casi tres décadas, el Stade Rennais ha sido propiedad de una de las familias más poderosas de Francia: los Pinault. Lujo, prendas de vestir y placer. Así ha sido, por lo menos desde hace treinta años, el Rennes. Desde su adquisición en 1998 por parte de François Pinault, fundador del imperio de lujo Kering, el club vivió de dos puntas antagónicas: la estabilidad financiera y la frustración deportiva. El actual dueño, François-Henri Pinault, heredero del grupo y nacido en Rennes, mantiene el vínculo familiar con la región, aunque su gestión genera interrogante. ¿Ser millonario o ser ganador? Entre ellos estuvo, el reciente ganador del Balón de Oro, Ousmane Dembéle.

Las polémicas hablan por si misma. Del Rennes salieron varios de los mejores jugadores de la actualidad francesa y, aún así, no se habla de potencia futbolística. Solo de finanzas. Entre las principales joyas que salieron del Roazhon Park están Ousmane Dembélé, Edouard Camavinga, y más recientemente, Désiré Doué, vendido al PSG por 50 millones de euros. A estos se suman Jeanuel Belocian (Leverkusen), Guéla Doué (Estrasburgo), y Martin Terrier (Leverkusen), entre otros. Todos grandes jugadores. No obstante, solo se quedó alejado de la realidad.

Los resultados no están a la altura de las inversiones ni de los talentos surgidos de la cantera. La era Pinault ha entregado apenas una Copa de Francia en 2019, un tercer puesto en la Ligue 1 en la temporada 2019/20 y algunas campañas europeas sin trascendencia. Sin embargo, desde lo económico, Rennes ha sido una máquina de generar beneficios: en las últimas tres temporadas. El club bretón ha generado más de 200 millones de euros netos en transferencias. Su capacidad para detectar, formar y vender jugadores al precio justo lo convirtió en un caso de estudio.

Pese a esa política de trading futbolístico eficiente, el Rennes ocupa el 12.º lugar en la Ligue 1, lejos de sus expectativas y sin un proyecto deportivo claro. A esto se suma una alta rotación dirigencial: Julien Stephan es el decimoquinto entrenador desde 1998, y Arnaud Pouille es el décimo presidente, el quinto desde 2020. Esta estrategia, tan rentable en las oficinas, empieza a mostrar grietas en la tribuna. Los hinchas acusan que Rennes se convirtió en una suerte de “club escaparate”, que prioriza el negocio por encima de los títulos.

El malestar se entiende en un club que apenas suma tres Copas de Francia en más de un siglo de historia. Rennes se ha ganado el cartel de “formador de élite”, pero rara vez logra dar el salto competitivo para pelear seriamente la Ligue 1 o hacer un papel destacado en competiciones europeas. Cada venta millonaria es celebrada en los balances, pero recibida con fastidio por una hinchada que reclama continuidad y ambición.

El trasfondo de esta gestión parece responder a una lógica empresarial más que deportiva. El Stade Rennais es, en muchos sentidos, una extensión del grupo Kering: compra, revaloriza y vende. Así lo muestran casos como el de Jérémy Doku, fichado por 26 millones y vendido dos años después al Manchester City por 60. Lo mismo ocurre con Gouiri y Kalimuendo, cuyos días en el club parecen contados si llega una buena oferta.

Esto va de la mano con el informe que, en Lateral, contamos hace muy poco y que tiene que ver con la actualidad del fútbol mundial en la que Francia es uno de los máximos vendedores de jugadores de fútbol en inferiores.

A todo esto, el Kering atraviesa también un momento de transición. El grupo, dueño de marcas como Gucci y Saint Laurent, perdió la mitad de sus beneficios en 2024, arrastrado por la caída de más del 20% en las ventas de Gucci. La situación llevó a que se plantee un cambio en la cúpula: François-Henri Pinault evalúa delegar la dirección ejecutiva del grupo y quedarse a disfrutar la vida junto a su esposa: Salma Hayek. Y si.

El patriarca, François Pinault, de 88 años, sigue siendo una figura clave. Con un patrimonio estimado en 21.700 millones de dólares, es el propietario más rico del fútbol francés, aunque haya descendido en el ranking de millonarios franceses. Su legado se prolonga: desde 2024, dos de sus nietos, Louis Roger-Boutbien y Pierre Tronson, forman parte del directorio del Stade Rennais, marcando la entrada de la tercera generación en el club.

El Stade Rennais FC se ha ganado un lugar en la élite del fútbol francés no solo por sus actuaciones en la Ligue 1, sino por un modelo de gestión que es envidiado en toda Europa.

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Federico Lamas

Periodista. Historias y deportes. Si se pueden mezclar mejor. Trabajé en El Gráfico, Canal Trece y Diario Popular. Ahora como editor de deportes en El Destape. Cubrí Juegos Olímpicos, elecciones, marchas y una vez me subí a un auto para seguir a tres prófugos. Escribo crónicas. Algunas salen. La objetividad es una mentira, lo que importa en el periodismo es la mirada.
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