La Copa Libertadores Femenina dio otro paso en su búsqueda de crecimiento

Si Gary Lineker se hubiese interiorizado en la historia y el presente de la Copa Libertadores Femenina, sin dudas modificaría su famosa frase, para que queda algo como “Es un torneo de 16 equipos de toda Sudamérica que siempre gana el Corinthians”. Porque este año la dinastía del Timao volvió a pisar fuerte (aunque quizá sea el título más sufrido para ellas), y se llevó la competencia por tercera vez consecutiva, y sexta en su historia, más sabiendo que su primera participación fue en 2017 (en alianza con el Audax),

“As Brabas” pudieron sortear un grupo que a priori parecía difícil, ya dos de los tres integrantes restantes fueron parte del Top 4 de la edición 2024: el subcampeón Independiente Santa Fe de Colombia, y el cuarto Independiente del Valle de Ecuador, más el débil Always Ready de Bolivia para completar el cuarteto. El empate agónico que le propinaron las ecuatorianas generó un cierto manto de dudas que empezó a disiparse, primero, con el contundente 11 a 0 ante las bolivianas, y luego, con el triunfo 1 a 0 ante las colombianas, con gol de en la reedición de la anterior final, en un encuentro que, si lo perdían, quedaban eliminadas.

Los cuartos de final parecían ser difíciles, ya que tocaba Boca, con todo lo que significaba tanto por su historia en la Copa, como por jugar contra uno de los clubes del país organizador. Sin embargo, no dejaron dudas, y terminó siendo una goleada por 4 a 0 sin atenuantes, con una gran Gabi Zanotti que marcó por triplicado. Las semifinales tuvieron el duelo de paulistas ante Ferroviária, y si bien arrancaron ganando con gol de Mariza, el empate de las “Guerreiras Grenás” a través de Andressa Pereira mandó la historia a penales. Allí estuvieron contra las cuerdas tras el penal marrado por Jaqueline, pero el error de Mylena Carioca que hubiera significado tener un “match point” en contra las mantuvo con vida, hasta que el penal atajado por Nicole a Fatima Dutra significó el pase al encuentro decisivo.

Esa final ante Deportivo Cali fue bastante reñida, y si bien Erika había anotado el 1 a 0 en el cierre del primer tiempo, ese gol anulado por un offside de Vic Albuquerque, quien había participado en la jugada previa. Ese partido cerrado significó otra definición por penales, y allí otra vez las brasileñas fueron certeras anotando todo, mientras que las colombianas tuvieron un único error, el envío de Kelly Ibargüen al travesaño, que significó que la historia sea la misma de siempre, con Corinthians levantando el título una vez más agigantando su leyenda en Sudamérica. Esta consagración no solo significa 2 millones de dólares más en sus arcas, sino también la posibilidad de jugar la Copa de Campeonas de la FIFA en Londres en enero próximo, teniéndose que enfrentar al Gotham de Nueva York (campeón de la primera ConcaChampions Femenina de la historia).

Invictas, pero sin gloria

El podio de la Copa Libertadores lo completan equipos que, al igual que Corinthians, no perdieron ningún partido en los 90 minutos. Por un lado está el subcampeón Deportivo Cali, que ha hecho una Libertadores de menor a mayor: Tras un arranque difícil con un empate 1-1 ante Libertad, se repusieron con triunfos frente a Nacional de Montevideo por 1 a 0, y contra Universidad de Chile por 2 a 0. En cuartos de final hicieron valer su condición de “matabrasileñas”, ya que, tal como pasó en 2022 cuando vencieron a Corinthians y Ferroviária, esta vez fue el turno de Sao Paulo, donde lograron aprovechar los errores e imponerse por 2 a 0 en Banfield. Las semifinales ante Colo-Colo merecieron ganarlas en los 90 minutos, pero fueron a los penales, en donde no fallaron y consiguieron el pase a una final en la que estuvieron a una salvada en la línea de ganarla, por el intento de gol olímpico de Ibargüen que tenía mucho aroma a gol. Tras ello, lo dicho, el fallo de la susodicha Ibargüen que significó otra derrota más para Colombia desde los doce pasos en una final ante Brasil, considerando lo sucedido meses atrás en la definición en la Copa América.

Por el otro lado está Ferroviária, cuya participación en el Grupo B fue a “velocidad crucero”, ya que lograron triunfos ajustados ante ADIFFEM de Venezuela por 1 a 0, y frente a Alianza Lima por 2 a 1. En el cierre de su grupo ante Boca, sabiendo que ya estaban clasificadas a cuartos, y aún con el empate terminaban punteras, aprovecharon la prácticamente nula generación de las Gladiadoras para asegurarse el 0 a 0. En cuartos no le dieron chances a un Independiente del Valle que llegaba con ínfulas de volver a ser la revelación, y lo vencieron por 3 a 0. En las semifinales tuvieron contra las cuerdas al mismísimo Corinthians, pero no pudieron darles la estocada final en los penales, y tuvieron que jugar porel tercer puesto ante Colo-Colo, que lograron gracias al gol tempranero de Kati, y a su muy buena defensa en los minutos posteriores.

El ejemplo a seguir

Si uno se queda con lo sucedido en los partidos finales, uno puede tener una imagen de un Colo-Colo impotente en ataque. Razones no faltan, ya que no llegaron a inquietar ni a Luisa Agudelo, la muy buena arquera del Deportivo Cali, ni a Luciana, que hacía lo propio en Ferroviária. Pese a eso, si uno mira lo sucedido antes, puede encontrar a un equipo versátil, sólido en defensa (de hecho, apenas recibieron un gol, el de Kati en el tercer puesto), y voraz en ataque, con Mary Valencia como punta de lanza, por citar los aspectos más sobresalientes.

El motivo por el cual Colo-Colo merece un párrafo aparte tiene que ver con el contexto tanto de su país de origen como del resto de la región, ya que hoy en día Sudamérica está dominada por Brasil, con una hegemonía prácticamente incontestable, y por Colombia, las principales retadoras a ese predominio, a pesar de quedar casi siempre en la orilla. El resto de la región, con sus más y sus menos, está varios escalones por debajo. Y Chile es uno de esos casos, más si se tiene en cuenta que las últimas dos ediciones de la Copa América terminó quinto y sexto.

Sin embargo, eso no fue impedimento para las Albas para construir un proyecto buscando repetir el título logrado en 2012. Para liderarlo eligió en 2023 a la brasileña Tatiele Silveira, quien contó con una vasta experiencia en su país, habiendo conseguido con Ferroviária el Brasileirao 2019, el último antes del vigente hexacampeonato de Corinthians, y fue quien armó el equipo que, a la postre, se consagraría en la Libertadores de inicios de 2021 en Argentina (la cual se debió disputar en 2020), más allá de que ella dejó el club pocos meses antes.

Si bien pocos meses después de su llegada a Macul ha dirigido su primera Libertadores con el club, en 2024 se puede decir que fue su primera Copa 100% bajo su gestión. Sin embargo, el resultado no fue el deseado, con una eliminación en primera ronda tras perder ante Olimpia y Santos, y luego, ya sin chances, golear a Always Ready. Esa goleada dio inicio a una racha histórica, porque fue la primera de 36 victorias consecutivas contando tanto el plano local, donde consiguió su segundo título local a finales del año pasado (inmediatamente antes había logrado el campeonato chileno de 2023), dominó con puño de hierro la fase regular del certamen doméstico con 100% de efectividad, y sobrevivió al “Grupo de la Muerte” con triunfos ante Olimpia, Sao Paulo y San Lorenzo. En cuartos había logrado un triunfo 1-0 ante Libertad que, si bien fue mentiroso, considerando que la diferencia debió ser mayor, también tuvo momentos de zozobra. Sin embargo, tras ello se quedó sin nafta: El 0 a 0 ante Cali, con la posterior derrota por penales en la semifinal, significó no solo el fin de la ilusión de la segunda copa, sino también el punto final de esa larga seguidilla de triunfos. Y el 0-1 ante Ferroviária terminó siendo incontestable.

Pese a todo, hubo dos sensaciones que quedaron flotando en el aire: Por un lado, la sensación de que Colo-Colo en 2026 (siempre y cuando logren la clasificación) volverá más fuerte que este año, e incluso con la posibilidad de jugar en su propio país (al momento de escribir estas líneas la sede no está definida). Y por el otro, el saber que este equipo es el norte a seguir para los clubes de esa “clase media” si es que quieren aspirar a hacer historia y lograr una Libertadores Femenina, con todo lo que eso significa

Decepción argentina

Si bien es cierto que Boca y San Lorenzo no estaban con el nivel que tuvieron en el momento que ganaron el Apertura y el Clausura de 2024 respectivamente, la ilusión de poder hacer una buena actuación en casa estaba latente. Sin embargo, ninguno de los dos equipos logró meterse en el Top 4 de esta competencia.

Las Gladiadoras Xeneizes tenían un grupo en el que a priori podían aspirar a terminar primeras ya que, sacando Ferroviária, tanto Alianza Lima como ADIFFEM eran equipos ganables. Sin embargo, ante las peruanas lograron un magro 0 a 0, y frente a las venezolanas han sufrido mucho a nivel defensivo, aunque lograron un triunfo por 2 a 0. Si bien un empate ante Ferroviária las clasificaba, el triunfo las dejaba en primer lugar. Sin embargo, generaron un peligro casi nulo, y el segundo lugar en la zona las hizo enfrentarse a Corinthians en cuartos de final. Y allí, las dirigidas por Florencia Quiñones sufrieron un duro revés sin atenuantes, siendo goleadas por 4 a 0.

Irónicamente, la imagen dejada por San Lorenzo fue mejor, a pesar de que ellas ni siquiera pudieron clasificar a cuartos. Aunque, claro, su grupo era muy difícil, ya que debían enfrentarse a Sao Paulo, uno de los 4 mejores equipos de Brasil, a Olimpia, de los equipos más fuertes de Paraguay, y Colo-Colo, cuyos pergaminos fueron descriptos previamente. El 0-2 ante las paulistas, el cual fue más parejo de lo que el resultado terminó siendo, dejó las ilusiones de las Santitas en terapia intensiva. El triunfo agónico por 1-0 ante Olimpia, que no contaba con su figura, Claudia Martínez, afectada a la Sub 17, le dio un poco más de aire, aunque para poder soñar con pasar de ronda tenían sí o sí que ganar. Y ese encuentro decisivo ante la escuadra trasandina fue un 1-0 en el que las dirigidas por Franco Bertera prácticamente fueron maniatadas defesivamente por sus rivales.

Esa mala performance dolió el doble, ya que la derrota de Boca fue la caída más holgada de un cuartofinalista en esta Copa, lo que le valió terminar en octavo lugar, mientras que Libertad de Paraguay, por el contrario, fue vencido por apenas un gol, significándole el quinto lugar. Esto determinó que Paraguay, sume 8 puntos al Ranking Histórico, donde son cuartas y las últimas del selecto grupo de países con dos plazas, y que Argentina tenga apenas 5 más, por lo que la distancia entre ambos países pasó de 9 a 12 puntos. Esa situación tuvo un “efecto mariposa”, ya que las Gumarelas, en su último encuentro ante Nacional, tuvieron un penal en contra que Josefina Villanueva, arquera del Bolso, estrelló contra el travesaño. Si ese penal hubiera sido acertado, Libertad habría quedado afuera en primera ronda, y Paraguay habría sumado apenas un punto en el ranking, ya que Olimpia quedó último en su grupo, y Argentina le habría descontado 4 puntos a las guaraníes en el ranking, achicando la brecha a 5 unidades.

El futuro de la Copa

Las jugadoras y los entrenadores de los equipos participantes tienen un consenso claro: la Libertadores Femenina debería disputarse con un formato similar al masculino, con partidos de ida y vuelta tanto en fase de grupos como en los cruces eliminatorios a lo largo de un año, y no en una sede única en 16 días, más sabiendo que, sacando los partidos de los equipos locales y la final, en esta Copa las canchas estuvieron semivacías. Sin embargo, en lo dirigencial la cosa parece ser distinta: el hecho de que en este formato la misma CONMEBOL se encarga de la logística, abonando pasajes y estadías, hace que haya una “zona de confort” en donde miren con malos ojos la posibilidad de hacerse cargo de sus propios traslados y alojamientos (aunque uno podría suponer que lo que se ahorrase CONMEBOL en ese ítem pueda derivar en premios más abultados). Por lo pronto, entre el 15 y el 31 de octubre de 2026 se hará la próxima edición, aún con sede a definir. ¿Será posible pensar en una historia distinta? Quizá el Mundial de 2027, en caso de ser un éxito, pueda ser el parteaguas para entrar a una nueva fase.

Compartir nota:
Temas Relacionados